El protagonista de Fight Club no tenía nombre. Tenía una adicción. Sin tener cáncer terminal, asistía a grupos de cáncer terminal. Acá el protagonista soy yo y los personajes tienen nombre. Sólo el de pila. Alejo, Verónica, Soledad, Carlos. Esto es una videollamada de sexo-adictos anónimos. Me estoy haciendo pasar por uno. ¿Cómo mierda terminé acá? Quería material para la columna. Otro ángulo a la cuarentena. Después de un poco de investigar encontré Sexo-Adictos Anónimos. Se juntan en iglesias, en centros comunitarios, pero hoy se juntan acá, en Skype. Las cámaras de los once hoy reunidos están apagadas. Sólo uno tiene el micrófono abierto. -Hola, mi nombre es Carlos y soy un adicto al sexo en recuperación y hoy voy a ser el moderador. Comienza a leer las reglas del espacio. Este no es un lugar para conocer gente. Están prohibidas las descripciones sexuales crudas. No se pueden mencionar el nombre de establecimientos sexuales ni de páginas pornográficas ni de...
Sólo alguien de gran trayectoria tiene su propia columna. Por eso me hice la mía. La Nación, Clarín, Página 12: pueden chuparme la pija.